Por Joaquín E. Mendoza Alfaro
Director de C3: Consultoría y Capacitación en Calidad del Servicio
1. Apatía: Es lo opuesto a
la iniciativa en los encuentros de servicio. Simplemente, una demostración de
total desgano por parte del empleado(a), mostrando tácitamente que no le
importa nada. Aburrido(a) con su trabajo, le trasmite al cliente una total
falta de interés. Los síntomas se presentan cuando el empleado(a) de servicio deja de
preocuparse por su trabajo, por sus clientes y, finalmente, por sí mismo(a).
3. Frialdad: El contexto del
servicio se enfría: una recepción helada, mirada fija de hielo y el corazón
frío son frases que vienen a la mente para describir esta escena. Parece haber
una relación de causa y efecto entre sentirse agotado y tratar a los clientes
con frialdad. Las actitudes cargadas de hostilidad, frialdad, impaciencia
-entre otras- deterioran el vínculo con el cliente.
4. Aire de superioridad: (En inglés “condescension”, que significa “condescendencia”)
Menospreciar la capacidad del cliente puede llevar a una actitud proteccionista
excesiva que lo haga sentir incómodo o insatisfecho. Abrumar a los clientes
utilizando una jerga (lenguaje técnico) que ellos no pueden entender, gritar a
las personas de edad y/o a quienes no hablan bien el idioma, y apartar a los
niños, son sólo unas cuantas maneras de practicar ese aire de superioridad.
5. Robotismo: El trabajador
totalmente mecanizado repite sus rutinas sin ningún tipo de aporte personal que
individualice al cliente. Cuando una persona llega a mecanizar tanto su trabajo
que hace todo de la misma manera, el pecado de servicio del robotismo puede ir
avanzando lentamente en el comportamiento diario hacia los clientes. Cuando los
empleados no conocen el “por qué” (el
sentido) de los guiones o protocolos de atención caen en este tipo de pecado.
6. Reglamento: Hacerlo todo de
acuerdo al manual. Colocar los reglamentos de la empresa por encima de las
necesidades del cliente, sin ningún tipo de discernimiento por parte de los
empleados al brindar el servicio. Se da también cuando las reglas y
regulaciones de una organización se crean más para la conveniencia de ésta que
para el cliente Estas situaciones impiden utilizar las capacidades de pensar de
los empleados.
7. Evasivas: Es una variante
del pecado del desaire. Significa obligar al cliente a ir “de la Ceca a la
Meca” en la organización. Simplemente es pasarle la pelota a alguien más: “Lo sentimos, tiene que llamar (ver) a
fulano de tal. Nosotros no hacemos eso acá”. Es una forma de deshacerse del
cliente Ello implica demorar la resolución de los problemas del cliente.
Estos pecados capitales del servicio en realidad son pecados capitales
en la atención al cliente, en la interacción entre cliente y empleados
de la organización. Y una vez más menciono que servicio
y atención al cliente no son lo mismo. La atención al
cliente forma parte del servicio (ver
“Atender al cliente ¿todos entendemos lo mismo?”, “Atenciónal cliente y las dimensiones de la calidad del servicio” en este blog). Sus causas pueden ser múltiples: una mala actitud ante el servicio (anclada en creencias negativas muy arraigadas), falta de talento social, procesos de servicio burocráticos y liderazgo (modelamiento), entre otros.
Además, si bien es cierto que la clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas del
cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la moral cristiana, estos
siguen siendo solamente siete: no se han “inventado” nuevos pecado capitales. Lamentablemente, en el
servicio la “creatividad” y el “ingenio” de empleados, gerencia y dueños no han
tenido límite. Es por eso que en internet se pueden encontrar múltiples
clasificaciones de pecados capitales del mal servicio.
Referencias:
- Albretch, K. (1990). La Revolución del Servicio: El toque personal
que conserva y cautiva a los Clientes. Bogotá: Norma
(y)
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ResponderEliminarbueno..
ResponderEliminarGracias!
EliminarGracias buen consepto
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
ResponderEliminarfalto rigidez
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