jueves, 11 de junio de 2020

EL SERVICIO COMO VALOR AGREGADO

Por Joaquín E. Mendoza Alfaro

Director de C3: Consultoría y Capacitación en Calidad del Servicio

Por lo general, los clientes no buscan el producto más barato, por que sea de baja calidad. Más bien, persiguen el mejor valor a cambio de su dinero (Tucker, 1996, Davis y Heineke, 2003). Al determinar el valor de un producto (bien o servicio), los clientes consideran todos los beneficios derivados y lo comparan con los costos del mismo. Si, de acuerdo a la opinión del cliente, los beneficios exceden a los costos, el cliente percibe valor. Esto se puede conceptualizar a través de la siguiente fórmula:

 

Valor = Beneficios Totales

Costos Totales

 

Cuando el servicio se ofrece bien, a la primera, oportunamente, de manera consistente y cortés, entonces el servicio puede constituir un verdadero valor agregado. Igualmente cuando el servicio es excepcional en su ejecución, o representa a los ojos del cliente algo inédito o sorprendente, también se puede considerar como un valor agregado.

Este valor agregado a partir del servicio de calidad puede ir desde una llamada de agradecimiento dos días después de tu compra en algún establecimiento, hasta el dentista que le da a sus pacientes la muela extraída en estuche especial.


El servicio de calidad como valor agregado tiene una gran relevancia dado que cuando es percibido por el cliente como tal puede: 

  •        ser un elemento diferenciador respecto de otros proveedores,
  •        incrementar la competitividad y los resultados de la organización,
  •        tener una relación directa con la lealtad con la clientela.

Por lo tanto el servicio como valor agregado representa ventajas y beneficios sumamente apreciados


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